lunes, 9 de junio de 2008

Damages, el thriller que empieza donde acaba

En los últimos años, Estados Unidos ha exportado un conglomerado de series de altísima calidad, con actores de alta alcurnia y presupuestos tan desorbitados como los de algunas películas. La cantidad de fans que han generado estos productos se ha manifestado de manera notoria en la red, y existen multitud de foros donde se destripan futuros capítulos y se analizan hasta la extenuidad los de antaño.

Hablar aquí de Lost, Prison Break o Battlestar Galactica no tiene sentido alguno porque existen cientos de webs que ya lo hacen y seguramente de una forma más acertada y con más conocimiento de causa.

Cierto es que el público español no demuestra un gran afecto hacia las series de abogados tales como Shark, Boston Legal o incluso algunos pseudoproductos nacionales como la reciente LEX, de un futuro tan incierto como el de su calidad.

No por ello voy a dejar pasar el momento de hablar de Damages, un thriller de 13 horas narrado en capítulos de unos 60 minutos y que protagoniza la gran Glenn Close (nominada a 5 óscars) y la prometedora Rose Byrne (nominada a mejor actriz en los Globos de Oro por esta serie).

Como todos sabemos, el ingrediente principal de un buen thriller es mantener al espectador pegado al asiento durante todo el metraje, manteniéndolo en vilo, y preparar toda la trama argumentística de forma que todo desemboque en un apoteósico final, haciéndonos reflexionar una vez terminado el visionado.



Damages presenta sin embargo, una apuesta arriesgada: desmenuzar la trama desde el principio, aderezarla con varios flash-forwards por capítulos y converger ambos momentos en un final de infarto.

La receta realmente parece tan tambaleante como un castillo de naipes. Si nos cuentan el final en el principio, el espectador puede perder el interés de forma apresurada.

Y es que, Damages se asemeja a un castillo de naipes. Su estructura puede parecer poco consistente a primera vista, pero el paso del tiempo nos muestra cómo sus cimientos son lo suficientemente sólidos como para no desmoronarse por completo.

Glenn Close está magnífica en todas y cada una de las escenas que aparece. Su presencia es más que suficiente para mantener toda la trama. No es necesario que articule palabra. Sus miradas y gestos ya dicen más que lo que puedan contarnos otros actores que no están a su altura.

Sin embargo, en Damages no sucede lo mismo que en Dexter o House, donde la ausencia del personaje principal hace chirriar todo el engranaje de la serie. Aqui el talento rebosa por doquier. Todos los intérpretes resultan mínimamente convincentes y en ningún momento se ven empequeñecidos por la despiadada Patty Hewes. Ya he mencionado a Rose Byrne, pero también tenemos a Zeljko Ivanek (que ya realizó una actuación como abogado en Shark), Tate Donovan (The OC) o Ted Danson (El querido Sam Malone de Cheers).

No voy a contar nada del argumento, pero es precisamente ahí, donde la serie destaca espléndidamente, con unos giros sorprendentes y una trama que en ningún momento decae.



Lo dicho, un serie más que imprescindible y que se convertirá en obra de culto con el paso del tiempo. Que no te gusten las series de abogados no es excusa suficiente como para perdértela.

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